Todo lo negro-.

Vino a mí todo lo negro.
Excrementos de oveja, pozos
al fondo con palomas despreciadas,
golpes decisivos de guadañas concretas,
vacío, temblor de muñecas, vino a mí
todo lo negro, putrefacto, ambiguo,
anticuado, con miseria de años, con orgullo
desleído, con sombras y gestos repetidos,
con agua negra y petróleo en los ojos, tapados.
Hasta el mismo sonoro ámbito del muslo,
con conversación de porosidades, con nenúfares
erguidos hasta las plantas resurgidas, vino a mí
todo lo negro, la escuálida figura de un hombre
inmenso, alas destructoras, alas disminuidas.
Con tarjetas manchadas con sangre de ave,
primordial, sugestivo, indecente, la podredumbre
agotaba mi espíritu.
Yo vi flotar inmensos paraísos frente a frente,
columpios inundados de raíces hasta el óxido,
flácidos los árboles llegaban hasta mis oídos.
Yo vi rosas quebradas hacer el lujo de los organilleros,
y cerillas abandonadas sobre mármoles derrumbados.
Hasta que vi venir todo lo negro, un coro de ángeles
iletrados, una sustancia de ojos y pegajosas mareas,
hasta el fósil de mi cuerpo que visitaba la penumbra.

La expresión que da título al poema puede dar lugar a confusiones de índole sicalíptica, pero, dejando esa anécdota a un lado, el poema es muy bello en su fealdad (permíteme la antinomia, pero es así como siento estos poemas tuyos: hermosos, aun cuando las imágenes hablen de muerte y podredumbre). Eso, amigo, extraer la belleza de los rincones más sórdidos del alma, tiene mucho mérito. Y ahora me han venido a la cabeza algunas imágenes de Ingmar Bergman. Me lo has recordado, sí.

Por lo demás, me ha gustado mucho la expresión "orgullo desleído" y el último verso: "hasta el fósil de mi cuerpo que visitaba la penumbra". Todo un acierto.

Está claro que tu poesía tampoco está hecha para todos, y en un foro de poesía masificado, de los muchos que hay por ahí, difícilmente encontraría acomodo.

Saludos, Bienve.

Óscar Bartolomé Poy escribió:La expresión que da título al poema puede dar lugar a confusiones de índole sicalíptica, pero, dejando esa anécdota a un lado, el poema es muy bello en su fealdad (permíteme la antinomia, pero es así como siento estos poemas tuyos: hermosos, aun cuando las imágenes hablen de muerte y podredumbre). Eso, amigo, extraer la belleza de los rincones más sórdidos del alma, tiene mucho mérito. Y ahora me han venido a la cabeza algunas imágenes de Ingmar Bergman. Me lo has recordado, sí.

Por lo demás, me ha gustado mucho la expresión "orgullo desleído" y el último verso: "hasta el fósil de mi cuerpo que visitaba la penumbra". Todo un acierto.

Está claro que tu poesía tampoco está hecha para todos, y en un foro de poesía masificado, de los muchos que hay por ahí, difícilmente encontraría acomodo.

Saludos, Bienve.

La fealdad en la imaginería que utilizo habitualmente, suponen para mí la paradoja máxima de la vida; ésta, en todo su horror y vacuidad, nos permite momentos de sosiego que por sí solos valen toda una eternidad. Un saludo y gracias Óscar, siempre tus palabras suponen un gran aliento y estímulo!