Felices los muertos

Asoma un espigón en la cellisca.
Mis ojos, muda nieve, contemplan la vasta llanura de silencio.
¿Qué protervo dios brilló en la oscuridad cincelada de este templo?
¿Qué sombra afilada pudo arañar sus paredes desnudas de musgo, su oleoso credo?  
Los desmanes acaecen temprano por la alquimia del verso
que armoniza nuestras plantas.
Barricadas de estrellas dibujan un laberinto furioso y carnal
a ras de ombligo. Dime, ¿por qué se me infectan las églogas si no es verano?
El laúd templa crueles esferas y tus órganos se derriten en la opulencia.
Fractales de espuma se adhieren viscosos a mis pies
como un rebalaje de perlas,
y un estambre de abejas se me atora en la garganta –ambrosía–.
Cómo quisiera poder restañar la luz de tu memoria.
Cómo quisiera poder restaurar la égida de tu voz –sin tener que inventarme palabras lujuriosas–.
¡Felices los muertos, que del recuerdo nunca hicieron falsa promesa!

Un gran poema, revestido de un cariz trágico que complementa un lenguaje rico en metáforas y de gran plasticidad visual, las imágenes son exquisitas. Un saludo Óscar!

Bienve. escribió:Un gran poema, revestido de un cariz trágico que complementa un lenguaje rico en metáforas y de gran plasticidad visual, las imágenes son exquisitas. Un saludo Óscar!

Hay bastante tragedia en este poema, sí, acentuada por las preguntas retóricas y la exclamación final.

Me alegro de que hayas disfrutado de las metáforas.

Saludos, Bienve.

Amigo, tus poemas tienen mucha fuerza.
Son capaces de hacer hablar a los silencios.

Ulises escribió:Amigo, tus poemas tienen mucha fuerza.
Son capaces de hacer hablar a los silencios.

Gracias, Ulises. Me alegro de que disfrutes de mis poemas.

¡Feliz Navidad!